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Donde los océanos
besar el cielo

Tánger
Donde dos mares susurran en un abrazo secreto,
Y las gaviotas trazan caligrafía en el cielo,
Tánger se encuentra, mitad en sueños, mitad en oración.
Una ciudad envuelta en luz matutina y recuerdos.
Las paredes encaladas albergan historias de siglos,
Puertas pintadas de azul como el aliento del mar,
Los minaretes se elevan como versos en el viento,
Llamando a los corazones a hacer una pausa, a sentir, a ser.
Aquí Europa exhala y África canta,
El pasado y el futuro se encuentran en calles sinuosas.
Los cafés bullen con francés y darija,
Mientras las sombras de los poetas permanecen en retirada.
En Tánger, nada se apresura
Incluso el tiempo se rinde en la puerta de la kasbah.
Es una ciudad de umbrales,
Donde los vagabundos regresan y los extraños esperan.


Un remanso de paz en Tánger

Enclavada en las ventosas colinas de Tánger, esta villa marroquí es un santuario de lujo sobrio y una calma profunda. Cinco elegantes habitaciones evocan la artesanía de puertas arqueadas centenarias, madera tallada a mano y mosaicos, mientras la brisa marina se desliza por los luminosos espacios.
Con vistas panorámicas al Atlántico, una piscina de agua salada que brilla al sol y terrazas diseñadas para la reflexión, esta villa invita a la tranquilidad sin sacrificar la comodidad. Es un lugar donde la belleza se siente, no solo se ve: un refugio tranquilo para quienes buscan paz, significado y el apacible ritmo de la hospitalidad marroquí.

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